2014年5月29日星期四

Los billetes usados contienen 26.000 bacterias perjudiciales para la salud


Frente al 69% de los españoles que entiende que las monedas y billetes contienen gérmenes, solo el 17% siempre se lava las manos tras manejar dinero efectivo




El 69% de los españoles considera que las monedas y los billetes son una fuente de gérmenes y bacterias, según un estudio de MasterCard y laUniversidad de Oxford que pone de manifiesto que los billetes europeos contenían en 2013 una media de 26.000 bacterias que podían ser potencialmente perjudiciales para la salud.
Según el informe, elaborado tras encuestar a más de 9.000 consumidores de 12 países, los europeos son más proclives a lavarse las manos tras hacer otras actividades como tocar un animal (46%) o viajar en transporte público (36%). Frente al 69% de los españoles que entiende que las monedas y los billetes contienen gérmenes, tan solo el 17% de ellos siempre se lava las manos tras manejar dinero efectivo, lo que supone una brecha de un 52% entre ser consciente de que billetes y monedas están sucios y hacer algo al respecto.
Esta es la tercera mayor diferencia registrada en los países encuestados y, solo entre húngaros y franceses se observa una mayor brecha entre la creencia de que el efectivo es antihigiénico y la probabilidad de lavarse las manos tras utilizarlo.

Reticencia a abandonar el efectivo

Sobre la reticencia a romper con el hábito de pagar con efectivo, la psicóloga Donna Dawson ha señalado que el dinero, en forma de billetes y monedas, es el modo más visible que se tiene de mostrar el poder económico y el éxito individual.
«Por ello es tan difícil que la gente haga asociaciones negativas al efectivo», ha añadido. El 40% de los encuestados reconocía que no podía saber quién había utilizado el efectivo antes que ellos y la consecuencia es que la mayoría trata de no pensar en ello, ya que no lo puede controlar, por lo que un 38% afirmaba que nunca piensa en esa posibilidad, señala Dawson.
Por su parte, el director de Mastercard en España, Ovidio Egido, ha destacado que lo que resulta más evidente según los resultados del estudio de este año es que, a pesar de estar al tanto de los peligros higiénicos del efectivo, los españoles aún luchan por romper con la costumbre de utilizarlo. «Usar sistemas de pago electrónicos o pagos sin contacto a través de tarjetas o dispositivos propios representa una forma de eliminar el contacto con algunas de las bacterias y gérmenes que sabemos que se transmiten a través de billetes y monedas», ha indicado.


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¿Cómo afecta el tabaco a la boca?


El tabaco es el peor enemigo de los dientes y particularmente de las encías, siendo sus efectos nocivos a este nivel muy llamativos




Debido a que la boca es su puerta de entrada en el organismo, el tabaco es el peor enemigo de los dientes y particularmente de las encías, siendo sus efectos nocivos a este nivel muy llamativos. Y es que esta adicción contribuye directamente al desarrollo de enfermedades periodontales (de la encía) tales como la gingivitis o la periodontitis, ocasionando a los fumadores problemas muy desagradables y visibles. Miguel Carasol, Presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Periodoncia(SEPA), y Francisco Rodríguez Lozano, Presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), explican los efectos más nocivos del tabaco en nuestro boca, y nuestro salud en general.

Más halitosis

El tabaco provoca un olor propio sumado al producido por otras sustancias que se añaden a los cigarrillos, como el alquitrán y múltiples aditivos. Todo esto genera un olor característico en el aliento y/o agrava la halitosisoriginada por otras causas. Otros efectos del consumo de tabaco que potencian la aparición del mal aliento están relacionados con la sequedad e irritación de las mucosas de la boca y de las vías respiratorias y digestivas altas, lo que contribuye a la falta de oxigenación e higiene de la boca.

Dientes amarillos

El cambio en el color de la dentición, generalmente a un tono amarillento, es el signo más evidente y antiestético ocasionado por la acción del tabaco sobre los dientes, lo que es un reflejo del mal estado bucal que puede ocasionar esta adicción.

Reducción de los sentidos del gusto y olfato

Es un efecto conocido y altamente desagradable. Debido a la acción del tabaco, el fumador desarrolla una limitación creciente en sus capacidades olfativas y de percepción de los sabores, especialmente para los salados, por lo que incluso puede aumentar la tensión arterial al abusar de forma inconsciente de la sal.

Sin embargo, las encías enfermas no sangran lo que debieran

Debido a que el tabaco disminuye el riego sanguíneo de las encías, éstas presentan un color más pálido y parecen menos inflamadas de lo que realmente están, por lo que la enfermedad periodontal suele estar enmascarada en los fumadores, al ser menos frecuente y patente uno de los principales signos de alarma que llevan a muchas personas a consultar a su dentista o periodoncista: el sangrado de las encías. El fumador debe ser consciente de esta particularidad, visitando a su dentista de forma reglada, aunque piense que sus encías están bien.

La encía se defiende peor

El humo de los cigarrillos esta compuesto por unos 4.000 constituyentes que son farmacológicamente tóxicos, mutagénicos y, de los cuales, unos 400 son carcinogénicos. Los fumadores tienen una disminución clara de las defensas de la encía frente al ataque bacteriano, lo que aumentar de forma significativa la susceptibilidad a la infección periodontal.

Más periodontitis

Los fumadores no sólo tienen tres veces más riesgo de sufrir una periodontitis y de que ésta progrese más rápidamente, sino que en estas personas se suele retrasar mucho más el diagnóstico y, por lo tanto, la puesta en marcha del tratamiento más oportuno para esta enfermedad.

Peor respuesta al tratamiento periodontal básico

Después del tratamiento inicial, que incluye la mejora de las medidas de higiene oral por parte del paciente y el raspado y alisado radicular, los resultados de los estudios de investigación indican que la respuesta es peor en los fumadores, comparado con los no fumadores. El 90% de las periodontitis que no responden convenientemente al tratamientoconvencional de la enfermedad periodontal se dan en fumadores.

La cirugía periodontal es menos eficaz

En los casos avanzados de periodontitis, cuando es necesario realizar cirugía periodontal, los resultados son menos favorables en los fumadores respecto a los pacientes que no fuman. Igualmente, cuando se intenta cubrir la raíz expuesta de un diente mediante cirugía injertos de encía, los resultados son mucho menos predecibles en pacientes fumadores.

Mayor tasa de reaparición de la periodontitis

El tabaco es un factor esencial en la recurrencia de la enfermedad periodontal y también representa un mayor riesgo para la pérdida de dientes durante la fase de mantenimiento periodontal, esencial para mantener una dentadura saludable toda la vida.

Más fracasos de los implantes dentales

Los fumadores tienen al menos dos veces más tasa de fracasos en el tratamiento con implantes dentales que los no fumadores. Por tanto, fumar está considerado como un factor predisponente al fracaso en implantes, siendo un factor de riesgo esencial en la etiología de la periimpantitis (infección del implante).

Mayor retraso en la curación de las heridas

La disminución de las defensas y del riego sanguíneo en las encías de los fumadores no solo facilita el riesgo de infecciones, sino que también reduce significativamente la capacidad de reparación de estos tejidos retrasando de forma notable la cicatrización de las heridas, tanto traumáticas como quirúrgicas.

Mayor riesgo de cáncer oral

El tabaco es muy irritante y contiene un alto número de sustancias cancerígenas, entre las que destacan la nicotina y el alquitrán. Si además de fumar se añade el consumo de alcohol, lo que es bastante frecuente, el riesgo de sufrir cáncer oral se eleva considerablemente, siendo ésta la patología más dramática de la boca, tanto por su elevada mortalidad como por las secuelas graves y estéticas que genera



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Un estudio confirma la relación entre la salud dental y el riesgo cardiovascular

Realizada en más de 15.000 pacientes, la investigación también confirma la relación entre la enfermedad periodontal y el estatus socioeconómico




ud cardiovascular

Trastornos periodontales tales como la pérdida de dientes y la gingivitis se han identificado como un posible marcador de riesgo para la enfermedad cardiovascular (ECV) en un gran estudio que se publica en «European Journal of Preventive Cardiology». En este trabajo, más de 15.000 pacientes con enfermedad coronaria crónica aportaron información sobre su salud dental, con resultados que muestran que los indicadores de la enfermedad periodontal, como pérdida de dientes o sangrado de encías, eran comunes en este grupo de pacientes y se asocian con múltiples factores de riesgo cardiovascular y socioeconómicos.

Por el contrario, una menor prevalencia de pérdida de dientes se vinculó con niveles más bajos de factores de riesgo de ECV, incluyendo niveles más bajos de glucosa, colesterol de lipoproteína de baja densidad, presión arterial sistólica y circunferencia de la cintura. La diabetes y el tabaquismo también fueron menos frecuentes entre los pacientes con más dientes.

El informe resumió la información sobre la salud dental que dieron los pacientes de 'STABILITY', un ensayo clínico que incluyó a 15.828 voluntarios de 39 países, todos con enfermedad coronaria crónica y al menos un factor de riesgo adicional para enfermedades del corazón. A todos los participantes se les había hecho un examen físico y análisis de sangre y completaron un cuestionario de estilo de vida, que incluía información sobre la salud dental, informando del número de dientes que les quedaban (ninguno, 1-14, 15-20, 21-25, 26-32 o todos) y la frecuencia de sangrado de las encías (nunca/rara vez, a veces, a menudo o siempre).

Pérdida de dientes

Los resultados mostraron una alta prevalencia de pérdida de dientes: el 16 por ciento dijo no tener dientes y el 41 por ciento informó poseer menos de 15 dientes. Aproximadamente una cuarta parte de los pacientes (26 por ciento) dijo sufrir sangrado de las encías al cepillarse los dientes, pero hubo algunas variaciones en los resultados dependiendo de la región, el país y la etnia, con las tasas más altas de pérdida de dientes y sangrado de las encías en Europa del Este. En general, casi el 70 por ciento de los participantes eran fumadores actuales o lo habían sido.

El análisis estadístico mostró que el aumento de la prevalencia de pérdida de dientes se asoció significativamente con niveles más altos de glucosa en ayunas, de colesterol LDL, presión arterial sistólica y circunferencia de la cintura. Una mayor prevalencia de sangrado de las encías se asoció significativamente con altos niveles de colesterol LDL y presión arterial sistólica.

Según los autores, se trata del estudio más grande de su tipo para evaluar las enfermedades dentales en pacientes coronarios y demuestra una mayor carga de factores de riesgo de ECV y mayores niveles de marcadores biológicos entre los que han perdido más dientes y sufren mássangrado de las encías, incluso después de ajustar por factores de confusión, como la edad, el tabaquismo, la diabetes y el nivel de educación.

Los hallazgos sugieren la existencia de factores de riesgo comunes de las enfermedades dentales y la enfermedad cardiaca coronaria y plantean la cuestión de si la salud dental puede ser considerada como un marcador útil de riesgo de ECV.

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